En estos tiempos de angustia, desespero,tristeza y preocupación nos damos cuenta que somos seres egoístas, pensamos individualmente y no sentimos caridad por el otro. Es triste ver como las personas se están dejando llevar por el miedo colectivo y no se detienen a pensar que si bien estamos pasando por un momento crucial y difícil en nuestro país, nos gana la ambición de estar bien sin importar el otro. Y lo digo porque llama la atención como muchos compran en los supermercados productos a montón sin importar si el otro necesita, los que están enfermos con gripa salen a las calles sin importar si contagian a otros o quizá por tener las defensas bajitas pueden contraer más fácilmente el virus por el cual estamos preocupados, triste ver qué hay muchos que necesitan de nuestra ayuda y nos hacemos los ciegos, nos dicen que no salgamos y más rápido lo hacemos, nos dicen que hay horarios preferenciales para nuestros adultos mayores y asistimos los jóvenes, nos dicen que cuidemos de nietos hijos, padres y abuelos y son a ellos a los que mandamos a la calle. Definitivamente somos seres egoístas sin importar que las acciones que realizamos perjudican a otros pero la conclusión o excusa siempre es que yo soy primero.
Ojalá toda esta situación nos sirva para valorar más a las personas que queremos, a aquellas que si bien no vemos todos los días están en nuestro corazón y que siempre están presente en nuestros pensamientos, poder aprender a ser más colaboradores, humildes y dejar tanto odio y egoísmo que en ocasiones nos ataca.
La vida continúa y es la oportunidad de reencontrarnos con nuestro YO y valorar más las cosas, personas, momentos y situaciones que vivimos a diario.
Por: Adriana Mosquera.
