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¡Nos cogió el taco!

La movilidad en las grandes ciudades se ha convertido en un dolor de cabeza que exige de los gobernantes soluciones inmediatas y creativas y de los habitantes de los territorios, cambio de hábitos en sus modos de desplazamiento.

Según la Encuesta Origen y Destino, Medellín tiene registrados 329.041 vehículos, lo que representa el 18.5 por ciento del total de todo el Valle de Aburrá, y que según datos del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, suma 1.781.766 carros rodando por toda la región,que en su mayoría ingresan a la ciudad.

Vías como la Autopista Sur y Norte, la Avenida Regional, Las Vegas, la Avenida El Poblado, La 80, La 30, La 33, San Juan, por mencionar algunas, son intransitables no solo en horas pico, sino en horas valle.

El vertiginoso crecimiento del parque automotor en la región más conurbada del departamento de Antioquia, ha superado la capacidad de la infraestructura vial. Se calcula que cada kilómetro de vía soporta 170 autos.

Sin embargo, la construcción de más vías no es la solución al problema, así lo destacan los expertos que aseguran que mientras más proyectos viales, más vehículos ingresan a la ciudad. 

Es por esta razón que se estableció la medida del pico y placa de un solo dígito, que empezó a regir el pasado 6 de septiembre para aliviar la saturación vehicular a la que nos hemos visto enfrentados en los últimos meses.

A esta medida se sumaron los mandatarios delos otros nueve municipios del Valle de Aburrá, y aunque no escapa a las críticas, por un lado;por el otro, ha recibido aplausos de muchos ciudadanos que pedían a gritos una solución a la congestión vehicular.

Podríamos adelantarnos en el tiempo y asegurar que no será la solución definitiva y que solo mitigará el problema. Muy seguramente se tendrá que recurrir a la restricción de dos dígitos en próximos días.

Lo que sí es claro, es que las determinaciones que se tomen al respecto, tendrán que tener en cuenta el impacto en la productividad, la economía, el medio ambiente, las horas perdidas de las personas, entre otras.

Es por estas razones que las decisiones tienen que ser estructurales, de fondo, y no medidas restrictivas. Se requieren campañas pedagógicas de impacto que promuevan desincentivar el uso del vehículo particular ymostrar los beneficios del uso del transporte público.

Desde mi experiencia tenemos que pensar en medidas a corto, mediano y  largo plazo que trasciendan lo local y tengan una mirada mucho más regional. Estamos seguros de que la solución a esta problemática no obedece a una sola medida salvadora.

Para empezar sabemos que sí es necesario un pico y placa consensuado con los alcaldes del Área Metropolitana, que sea medible periódicamente para establecer qué impacto va teniendo sobre la movilidad.

Esta ciudad necesita además tener horarios laborales escalonados tanto en el sector público como privado. No podemos seguir entrando todos a la misma hora y saliendo a la misma hora.

Por otra parte requerimos hacer un esfuerzo y ayudar a que ciudadanos que viven en la periferia y que tienen difícil acceso al transporte público, tengan una bicicleta eléctrica con la que puedan tener más posibilidad de llegar a sus casas y mejorar su calidad de vida.

También es necesario tener una red peatonal segura y fortalecer las ciclorutas del Área Metropolitana.

Gran parte de recuperar lo social es tener una movilidad sostenible, eficiente, oportuna, que mejore la calidad de vida de todos los ciudadanos.

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