Follow Us On

La alimentación en tiempos del COVID, la historia no contada

El covid 19 vino a cambiarnos la vida, nos ha dado una nueva perspectiva a las problemáticas que se consideraron siempre como secundarias como el empleo informal, la falta de conectividad, la igualdad en el acceso a los servicios públicos. Aquella que afecta directamente en todas ellas es la alimentación ya que al hacerse evidente el empleo informal y la falta de acceso a servicios públicos nos dimos cuenta de que no solo no hay dinero para acceder a la comida, sino que la comida no tiene como llegar fácilmente a todos lados.

Se ha sobre diagnosticado el tema de la desigualdad en la ruralidad del país, pero en realidad ¿de que se trata esta problemática y como nos afecta a las ciudades densamente pobladas?

La problemática de la ruralidad en Colombia viene de algo tan básico como es la tenencia de la tierra, ¿de quién es el suelo que estoy pisando y por ende lo que se construye y se cultiva en ella de quién es? Mucho se ha hablado en Medellín de regular la posesión de la tierra siendo la propuesta mas reciente el Distrito Rural Campesino que pretende ser una herramienta de ordenamiento territorial que permita construir políticas públicas especificas para esta población.

Definiendo de quién es el producto que se cultiva pasamos al siguiente problema ¿a quién se lo vendo? Normalmente la respuesta es a quien pueda, pero en la realidad ¿quiénes son estos actores? en el entorno rural sabemos que hay poco acceso al transporte, mucho menos para transportar volúmenes grandes de perecedero, este problema es el que resuelven los intermediarios, son quienes van hasta la tierra que cultiva compran de manera precaria haciendo acuerdos a largo plazo de pago y aprovechando una ventaja que tienen sobre quien cultiva y es el conocimiento del mercado. Estos tan demonizados intermediarios no le generan valor a este producto y sirven como lo que conecta esta cadena de la que todos nos servimos para comer.

Cada vez que el producto pasa por las manos de un intermediario su valor incrementa y la calidad de los alimentos decrece. Pero ¿a quién le vendo el producto si nadie puede salir de su casa? Esa fue la cuestión a la que se tuvieron que enfrentar los agricultores de manera abrupta y donde el estado y la sociedad falló al darles respuesta. Las personas acudieron a las grandes superficies para abastecerse ya que estas difícilmente van a quedarse sin producto, y el estado comenzó a hacer lo que sabe hacer que fue resolver el problema inmediato entregar paquetes adquiridos o donados en las mismas grandes superficies que se abastecen de las plazas grandes del país, quienes a la vez recurren a cualquier fuente para no quedarse sin existencias.

Así que, en medio de la pandemia, los agricultores se quedaron encerrados en sus fincas con kilos y kilos de productos perecederos de los cuales solo pueden comer una parte ya que no suelen tener mucha variedad de estos, y sin medios para comprar otros productos necesarios para la subsistencia.

La pandemia solo hizo visible lo que siempre ha sucedido, los agricultores necesitan canales mas cortos de comercialización que les permita percibir mejores ingresos y mas inmediatos, necesitan mas asesoría estatal para la planeación de su siembra para evitar el monocultivo y la depreciación de la sobre oferta de algún producto, necesitan que el estado haga un control de estos precios ya que hay un seguimiento de los mismos pero no hay un análisis estatal que permita tomar decisiones para evitar que tanto el consumidor como el agricultor sea quien pague el precio que queda en estos intermediarios.

Related Posts

Leave a Reply